Echando unas cañas con un antiguo compañero de estudios, que actualmente es Director Comercial en una Caja de ámbito local, entre tapa y tapa me dijo que buscaba comerciales casi imposibles de encontrar, que entiendan a sus clientes como si fueran sus mejores amigos, que nunca se cansan, que siempre muestran su cara más amable, sin importar su problemas personales o profesionales, que sean duros en la negociación, que se acuerden del cumpleaños de los maridos de sus clientas, que se conozca los productos de su competencia como los suyos y que se supiera el argumentario de ventas mejor que la alineación de la roja en el mundial, al describirme a aquellos super heroes, comprendí que no son humanos lo que buscaba sino otra cosa. Es curioso, porque si hubiéramos preguntado a cualquiera de los clientes de este amigo, que esperan de las personas que les atienden a diario, acabaríamos con una lista parecida de características, casi imposibles de reunir en un una sola persona.